La Casa Vergara, actualmente conocida como Plaza Patria, es uno de los inmuebles más emblemáticos de Zapotlán el Grande. Su historia refleja el auge económico y arquitectónico que vivió la ciudad desde mediados del siglo XIX. Originalmente fue la residencia del empresario jabonero don José Dolores Vergara, cuyas iniciales aún pueden apreciarse en los enrejados superiores de la fachada, testimonio del legado de una de las familias más arraigadas de la región.
Construida inicialmente en una sola planta, esta finca patrimonial responde al estilo neoclásico y a la tipología tradicional de las grandes casas habitación de la época colonial: un zaguán que da paso a un amplio patio central, rodeado por corredores con arcos, alrededor de los cuales se distribuyen las distintas estancias.
A finales del siglo XIX, el inmueble fue modificado con la adición de un segundo nivel, siguiendo las tendencias del eclecticismo arquitectónico, que fusionaba elementos de diferentes estilos históricos. Esta intervención consolidó su presencia como una joya urbana en el corazón del centro histórico de la ciudad.
Durante su historia, la Casa Vergara ha albergado múltiples actividades que dan cuenta de su importancia social y económica. Fue sede de la empresa Mendoza y Cía., del Hotel Imperial, de un popular salón de baile dominical, y, por varios años, de la terminal de autobuses foráneos del sur de Jalisco.
Hoy en día, la finca ha sido revalorizada y adaptada como Plaza Patria, un espacio comercial que conserva su esencia arquitectónica. Sus dos corredores y el gran patio central reúnen una diversidad de establecimientos de alimentos y bebidas. Desde su planta alta, se puede disfrutar de una vista privilegiada del zócalo de la ciudad.
La Casa Vergara es, sin duda, un símbolo de la memoria arquitectónica y cultural de Zapotlán el Grande.